LA TARJETA QUE PUDO HACERLA MILLONARIA

Pero hubo más. A escasas horas de finalizar el plazo para que cualquier partido político lograra que el candidato le entregara la tarjeta, Veruska Padrón, secretaria general de Proyecto Venezuela para Anzoátegui, recibió no menos de cuatro llamadas telefónicas, una de las cuales, el 13 de noviembre a las 4:35 pm, compartió en vivo, mediante la activación del altavoz, con seis personas que nos encontrábamos a su lado. Recibía, de parte del comando de la Unidad, la oferta de un “kino”: un apartamento en Lechería, un carro y 500 mil bolívares fuertes. No era como afirmara el candidato Marcano, “una excusa para mantener una candidatura” cuando el comando de campaña de Rausseo en rueda de prensa el 24 de octubre denunció este tipo de prácticas. La señora Padrón demostró el coraje de la mujer venezolana, la dignidad con la cual asume su compromiso y por supuesto que hizo caso omiso. Veruska, como tantas personas, optaba por sus principios antes que por un botín quién sabe de qué origen. Mi reconocimiento pues a Veruska Padrón y a quienes, como ella, se negaron a vender sus ideales. Mi invitación a revisar la aplicación de esta práctica por parte de tantos operadores políticos, sin distingo de colores o ideologías. ¿Qué diferencia tiene esto con la maquinaria oficialista obsequiando equipos de línea blanca, materiales de reparación de viviendas, medicamentos o dinero en efectivo? ¿Qué es lo que se critica si ambos grupos políticos hacen uso de las mismas técnicas cambiando quizás la magnitud de los recursos involucrados?

Mayoría absoluta obtuvo el PSUV. Tomado de El TiempoLOS RESULTADOS DEL 23 N

En horas de la noche, empezando ya el 24 de noviembre, el CNE anunciaba los primeros resultados. En Anzoátegui, había sido reelecto el actual gobernador, con una cantidad de votos imbatible aún sumadas las opciones adversas al oficialismo. Adicionalmente, solo tres alcaldías se conservaban en el ala no oficialista, una de ellas de donde había surgido “el candidato de la unidad”, el mismo que estuvo acompañado con el despliegue publicitario más impactante de toda la historia política del estado Anzoátegui, quien contó con el respaldo casi unánime de los partidos políticos nacionales, quien tenía unos resultados que mostrar desde el gobierno municipal, quien contó con todo un “trabuco” de políticos aventajados. En fin, para este segmento, resultaba muy difícil perder más allá de la causa que había sido creada: según ellos, un esquirol en el juego, Benjamín Rausseo. Pero, los resultados decían que no fue producto de un tercer candidato, por demás igualmente democrático, respetable, aunque sin el respaldo obtenido por Gustavo, ¡el candidato de la unidad!
Entonces, ¿qué sucedió en realidad? ¿Hubo algún proceso de pérdidas de votos producto de una falta de candidato unitario? ¿Cómo se comparaba esta realidad con la de otros estados de Venezuela? Solo 5 gobernaciones estarían en manos no oficialistas: Zulia, Nueva Esparta, Táchira, Miranda y Carabobo. La Alcaldía Mayor también fue ganada por el sector opositor.
Si los partidos políticos y sus mecenas que financiaron las campañas no fueron capaces de lograr la votación decisiva en la mayoría de los estados, algo más allá de los discursos reiterativos de la oposición había ocurrido. ¿Qué pudo ser?